sábado, 9 de enero de 2016

Trastorno del vínculo

El Trastorno del Vínculo se relaciona con aquellos niños y niñas que han tenido una infancia con una figura de apegoambivalente o cambiante, relacionándose sobre todo con aquellas personas que han sido adoptadas.
 
Por tanto, lo presentan aquellas personas que tienen dificultades para establecer una estrecha relación de confianza y cariño con la familia adoptiva. Como decíamos, el término con el que se conoce esta dificultad es Trastorno Reactivo de Vinculación. Como su nombre indica, la dificultad para vincularse se debe a una reacción como consecuencia de algo que el niño/a experimentó en el pasado. El grado de gravedad dependerá del tipo y de la intensidad del trauma que sufrió. 

Los trastornos del vínculo están relacionados con las experiencias en los primeros años de vida. No hay que olvidar que los niños adoptados sufren en los primeros días de su vida un primer abandono, junto con los problemas que sus madres biológicas puedan padecer, como falta de recursos económicos, enfermedades y conductas adictivas que les hacen imposible cuidar de ellos.
Más adelante pasan a estar institucionalizados en centros en los que es difícil mantener un vínculo afectivo con un cuidador puesto que el cambio de personal es constante. E incluso en otras ocasiones, los cuidados higiénicos, nutricionales dejan mucho que desear y por otro lado, existe la presencia de  malos tratos físicos o  sexuales en cierto porcentaje.

Todo ello conduce a que el niño en sus primeros años de vida no establezca vínculos de seguridad con ningún adulto responsable y las relaciones con los adultos son de inseguridad y de desconfianza.
Cuando los niños llegan a sus familias adoptivas, el cambio de condiciones respecto a los cuidados nutricionales, higiénicos y de afecto hacen que el niño se adapte rápidamente.

Más adelante, durante la adolescencia, que es la etapa de la vida en la que el chico o chica se relaciona más a nivel social, es cuando aparecen de forma más evidente las dificultades de relación.
Pueden manifestarse con actitudes de desconfianza hacia los demás o por el contrario, con una actitud de confianza excesiva en personas desconocidas llevándole a conductas de riesgo y/o delictivas.
A menudo durante esta etapa sienten miedo a no ser aceptados por los demás, y a sufrir de nuevo el abandono de sus padres adoptivos y más tarde de las personas con las que se relacionan: grupos de iguales o profesores. Así por ejemplo, si estos menores terminan de nuevo en un sistema de protección, donde los cuidadores cambian constantemente puede suponerles mayores problemas todavía.

Es evidente que si al primer abandono le sumamos negligencia emocional, desatención, abusos, malos tratos o el paso por distintas instituciones y cuidadores, los efectos negativos se agravarán.


Los síntomas de este trastorno pueden agruparse de la siguiente manera:
  • Dificultad en aceptar o buscar afecto y contacto físico.
    No tienen sentimientos amorosos, se resisten a que les toquen, les abracen. Evitan el contacto visual, prefieren al padre antes que a la madre y son indiscriminadamente cariñosos con los extraños.
  • Necesitan tener el control.
    Esta necesidad viene del miedo a volver a sufrir por ser tan indefensos como cuando eran bebés. Son de carácter muy fuerte, mandones, disconformes, desobedientes e incluso, desafiantes con las normas. Les cuesta empatizar con los demás.
  • Tienen problemas con la rabia.
    La pueden expresar abiertamente, a través de rabietas, pataletas, destrucción de objetos porque tienen poca tolerancia a la frustración, o pueden dedicarse a enfadar, frustrar y enfadar a los demás a través de conductas pasivo-agresivas.
  • Tienen la conciencia poco desarrollada
    No tienen remordimientos, ni muestran arrepentimiento o culpa. En los casos más graves, pueden estar totalmente ausentes, de forma que mienten, roban o son crueles, sin tener conciencia de las consecuencias de sus actos ni mostrar arrepentimiento ante ellos.
  • Existe un problema de confianza mutua
    No confían en sus padres/madres y éstos no pueden confiar en ellos, puesto que el engaño forma parte de su manera de vivir. La gravedad de estos problemas de confianza está en relación directa con la severidad del trastorno. En algunos casos, cuando son mayores, tienen que estar todas las cosas de valor bajo llave, ante el temor de que lo vendan para conseguir dinero.
  • El catálogo completo de síntomas es muy variado, incluyendo desde problemas con el sueño, hasta falta de pensamiento causa-efecto, problemas de aprendizaje, tensión corporal crónica, alta tolerancia al dolor, etc.

Posible tratamiento




Fuente: http://www.familiayadopcion.com/
Mas info: http://www.afaar.es 

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